A la consejera vasca de Educación, Isabel Celáa, no le parece mal que la directora de Musikene, Carmen Rodríguez Suso, pactara con Pierre Cao su futura colocación como director de estudios orquestales de ese Centro Público de Enseñanza Musical ubicado en San Sebastián. Que después se montase el paripé de un concurso público cuando la plaza ya estaba dada de antemano no le importa mucho a Isabel Celáa.
Que Rodríguez Suso y Cao se hubiesen entrevistado en París, que hubiesen sostenido una abundante relación epistolar electrónica antes de la oposición de pacotilla no le importa mucho a Celáa. Pierre Cao ha nacido para el puesto y punto. La directora de Musikene no se entrevistó ni carteó electrónicamente con el resto de aspirantes a la plaza. Y eso a Isabel no le importa mucho… La Consejería de Educación tiene dos varas de medir la legalidad vigente. Una se usa en Musikene. Da el resultado que le apetece a Isabel Celáa. La ley se estira para que Pierre Cao sea profesor de esa Escuela Musical.
La otra vara de medir de la consejera de Educación la utiliza con la Ikastola Ikasbidea, de Durana. Allí se aplica la legislación a rajatabla. Los niños y niñas de 3 años y los escolares de la zona rural tienen prohibido subirse a los autobuses a mediodía para ir a comer a casa. A pesar de que existe la posibilidad de la aplicación de una norma de excepcionalidad para dar servicio de transporte a esas familias, Isabel Celáa, ahora sí, aplica la ley sin miramientos con esos alumnos y alumnas.Madres y padres de la ikastola llevan casi un año reclamando al Gobierno de Patxi López que deje de discriminar a esos escolares. ¿Respuesta? Ni mu. El Parlamento Vasco (sin los socialistas), el Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz (con los socialistas) y las Juntas Generales de Álava (también con los socialistas) ya han respaldado las reivindicaciones de las familias de la Ikastola Ikasbidea. Esas madres y padres viven con incredulidad la contradicción de residir en una ciudad nominada como Capital Verde Europea 2012 y que la Administración les condene, en el futuro, a tener que usar su vehículo particular para recoger a sus hijos e hijas si quieren comer en familia en su propia casa. Y es que la Ikastola Ikasbidea está ubicada en el municipio de Arrazua Ubarrundia, en la localidad de Durana, a 6 kilómetros de Vitoria-Gasteiz. Más del 90 por ciento del alumnado proviene de la capital alavesa, pero no hay transporte público que enlace por autobús ambas localidades. Se nos pide que dejemos el coche en casa para ir a trabajar pero se nos suprime el transporte escolar a mediodía.
¿A cuento de qué el desaforado interés para que el alumnado coma en la ikastola? La Administración está buscando que se centralicen todos los comedores escolares para evitar que cada colegio pueda tener la capacidad de cocinar in situ para su gente. ¿Acabaremos sorprendiéndonos también con los criterios que presiden la gestión del sistema de cocina escolar centralizada? Seguiremos informando, Isabel.
Que Rodríguez Suso y Cao se hubiesen entrevistado en París, que hubiesen sostenido una abundante relación epistolar electrónica antes de la oposición de pacotilla no le importa mucho a Celáa. Pierre Cao ha nacido para el puesto y punto. La directora de Musikene no se entrevistó ni carteó electrónicamente con el resto de aspirantes a la plaza. Y eso a Isabel no le importa mucho… La Consejería de Educación tiene dos varas de medir la legalidad vigente. Una se usa en Musikene. Da el resultado que le apetece a Isabel Celáa. La ley se estira para que Pierre Cao sea profesor de esa Escuela Musical.
La otra vara de medir de la consejera de Educación la utiliza con la Ikastola Ikasbidea, de Durana. Allí se aplica la legislación a rajatabla. Los niños y niñas de 3 años y los escolares de la zona rural tienen prohibido subirse a los autobuses a mediodía para ir a comer a casa. A pesar de que existe la posibilidad de la aplicación de una norma de excepcionalidad para dar servicio de transporte a esas familias, Isabel Celáa, ahora sí, aplica la ley sin miramientos con esos alumnos y alumnas.Madres y padres de la ikastola llevan casi un año reclamando al Gobierno de Patxi López que deje de discriminar a esos escolares. ¿Respuesta? Ni mu. El Parlamento Vasco (sin los socialistas), el Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz (con los socialistas) y las Juntas Generales de Álava (también con los socialistas) ya han respaldado las reivindicaciones de las familias de la Ikastola Ikasbidea. Esas madres y padres viven con incredulidad la contradicción de residir en una ciudad nominada como Capital Verde Europea 2012 y que la Administración les condene, en el futuro, a tener que usar su vehículo particular para recoger a sus hijos e hijas si quieren comer en familia en su propia casa. Y es que la Ikastola Ikasbidea está ubicada en el municipio de Arrazua Ubarrundia, en la localidad de Durana, a 6 kilómetros de Vitoria-Gasteiz. Más del 90 por ciento del alumnado proviene de la capital alavesa, pero no hay transporte público que enlace por autobús ambas localidades. Se nos pide que dejemos el coche en casa para ir a trabajar pero se nos suprime el transporte escolar a mediodía.
¿A cuento de qué el desaforado interés para que el alumnado coma en la ikastola? La Administración está buscando que se centralicen todos los comedores escolares para evitar que cada colegio pueda tener la capacidad de cocinar in situ para su gente. ¿Acabaremos sorprendiéndonos también con los criterios que presiden la gestión del sistema de cocina escolar centralizada? Seguiremos informando, Isabel.
Comentarios