Malos tiempos para el periodismo. La crisis se ceba entre quienes tienen que explicarla. Nadie se salva. Antena 3 y Telecinco (en el c... te la hinco) han desmantelado sus oficinas en Euskadi. ETA ya no mata y eso vende menos que todo lo demás. TVE fue pionera al deshacerse del 40 por ciento del personal con un ERE que pagamos todos (93% del sueldo a casa... quién lo pillara... !si la envidia fuera tiña!). El subempleo y la precariedad campan por sus respetos en TODAS LAS EMPRESAS... Ahora, en verano, los becarios solucionan el problema de las vacaciones. Y en éstas, los míticos jefes del más mítico diario del país, EL PAÍS (Cebrián, Estefanía, Ceberio y Moreno) se rasgan las vestiduras porque su plantilla no quiere firmar sus informaciones por un quítame allá ese convenio. En un artículo del 28 de junio titulado "Transparencia frente a Fuenteovejuna" (http://www.elpais.com/articulo/opinion/Transparencia/frente/Fuenteovejuna/elpepiopi/20110628elpepiopi_5/Tes) aseguraban los cuatro superjefes cuatreros que no firmar los textos es una falta de respeto al lector al primar un asunto laboral sobre lo profesional. ¿Cuánto cobrará Juan Luis Cebrián? Seguro que él distingue perfectamente la diferencia entre laboral y profesional. Quienes no nos podemos dedicar a escribir libros malos y artículos pestilentes tenemos problemas y obediencias laborales. Él sí es un profesional sin ataduras laborales. Con su sueldo, la pluma se le ha vuelto loca y escribe tonterías. En el convenio que quiere endosar El País a sus trabajadores se recortan sus derechos y se consagra la doble escala salarial que los gestores del diario han generado con la incorporación de los compañeros de Prisacom. Esto quiere decir que a partir de ahora habrá redactores pata negra con sueldo digno y con derechos y redactores-esclavos que se han de conformar con un salario mísero. Como bien dijo en Twitter el Comité de Empresa: "Parece que a juicio de los directores la única huelga que puede hacer un periodista es la de hambre"
En la tarde del sábado 12 de Julio de 1997 no pude llegar en bicicleta al puerto de Zaldiaran. Me enteré por la radio que habían asesinado a Miguel Ángel Blanco. Me di la vuelta y fui a la sede de RNE en Vitoria para ayudar a los periodistas que estaban de guardia en Euskadi para cubrir lo que pudiera ocurrir después de que se cumpliera el plazo de 48 horas que dio ETA para asesinar al concejal del PP si no se acercaba a Euskadi a los presos de ETA. Fue uno de los asesinatos fruto de la estrategia etarra de "socialización del sufrimiento" avalada por uno de los jerifaltes de Herri Batasuna, Rufi Etxeberria, que hasta el año pasado fue dirigente de Sortu. Tras aquel vil secuestro, las calles de Euskadi dejaron de ser dominadas por ETA y su entorno político. Nadie recuerda en Bilbao una manifestación mayor que la que había pedido la liberación de Miguel Angel Blanco horas antes de su asesinato: concentró a más de medio millón de personas. Fuimos muchos los que descubrimos que l...
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