Como decía Euskizofrenia el 9 de Julio, a Álava le sobra caspa. Nieve también, pero sobre todo caspa.
¿Pruebas? Ayer mismo, el flamante nuevo diputado general de este territorio histórico (¿tienen menos historia Cáceres o Ceuta?) pronunció un tibio discursito de dos minutos y medio tras la toma de posesión de su equipo de gobierno. Porque Álava tiene un gobierno. Bueno, en realidad tiene muchos gobiernos. A mí me gobierna el concejo de mi pueblo, el gobierno del ayuntamiento de Vitoria, el gobierno de Álava, el gobierno de Euskizofrenia, el gobierno de Hpania, la Unión Europea y la ONU. 7 gobiernos a los que pago con mis impuestos. Y no poco. Menos mal, quiere decir que aún trabajo.
¿En qué dos conceptos centró su discursito el periodista que nos gobierna? “Nobleza y Honradez”. Por este orden. Textualmente, Javier de Andrés dijo lo siguiente:
“La actividad política es la actividad más noble a la que se puede dedicar un ciudadano. Y por eso tiene una responsabilidad añadida que es la de actuar con la mayor nobleza y honradez. Sé que vais a actuar así y por eso os he elegido.”
Y yo me pregunto: ¿es más noble ser político que peón albañil? Evidentemente, para Javier de Andrés, sí, aunque su sueldo lo cobra gracias al sudor de todos los trabajadores. En Álava siguen quedando restos de un pasado casposo en el que pertenecer a una de las familias VTV (vitorianas de toda la vida) otorgaba un gran prestigio social. Lo sigue otorgando. Aún se puede oír por ahí esta curiosa expresión: “Y tú, ¿de qué familia vienes siendo, chiquito?”… ¡Ah, la familia! El Gran Tótem. Quien no tiene padrino no se bautiza. Suponemos que Javier de Andrés no se habrá dejado guiar sólo por los apellidos para elegir a su equipo de gobierno. Son jóvenes profesionales, cada uno de los cuales acredita un currículo muy superior al suyo. Ellos han demostrado su valía en el terreno privado, en la calle, ese lugar donde para medrar no es suficiente con tener el carné de un partido o ser hermano, familiar o amigo de alguien muy importante.Javier de Andrés ha tomado la makila (bastón vasco de mando) de una institución que se apellida foral: Diputación Foral de Álava. Esto significa que el poder se lo otorga una ley ancestral que sigue permitiendo que los alaveses mantengamos privilegios frente a los cántabros, burgaleses, riojanos o murcianos. Y todo gracias al Fuero que se mantuvo en Álava (como en Navarra) incluso durante el franquismo. Y es que ambas provincias apoyaron al dictador, no como las”traidoras” Vizcaya y Guipúzcoa. Esa vieja ley nos permite ahora a los vascos y navarros tutear al rey y decirle que le pagaremos parte de los impuestos que recaudemos. Por eso tenemos en Álava unas carreteras que te cagas por las bragas, un aeropuerto que no sirve más que para importar pescado, edificios recién construidos que no se usan (Plaza de Toros Multiusos, la pirámide de Alfonso Alonso) y unos 1200 políticos, asesores y consejeros de empresas públicas que cobran de nuestros impuestos. Buena parte de ellos por no hacer nada. Y menos mal que hemos cambiado de alcalde y el nuevo ha decidido paralizar las obras para hacer el BAI Center, un palacio para los congresos y las artes escénicas que nos iba a costar 200 millones de euros.
Y todo este derroche gracias a una ley medieval llamada Fuero, que establece diferencias entre unos ciudadanos de Hpania y otros… En el siglo XXI… En un estado en el que el jefe es un rey… En el que la “nobleza” se sigue considerando un don.
Pobre Álava… ¡Cuánta caspa se acumula en tus hombros!
(Y mañana, la biografía no autorizada de Javier de Andrés)
Comentarios
Qué suerte que haya gente a la que la palabra "nobleza" utilizada por políticos casposos les cree el mismo sarpullido que me provoca a mí.
Me quedo con tu concepto HBE. Te citaré, Desdémona...