El
economista austriaco Christian Felber visitó Vitoria hace una semana para hablar de un nuevo modelo alternativo al
capitalismo y a la economía planificada. Lo llama ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN. No es un concepto nuevo. Está en casi todas las
constituciones democráticas. La española dice en su preámbulo: “la
nación española (…) promoverá el bien común de quienes la integran”. Transcribo un resumen de un vídeo colgado en You Tube con sus ideas básicas:
LOS VALORES DEL BIEN COMÚN
En nuestro entorno económico se priman
el afán de lucro y la competencia aunque vayan en contra de
la solidaridad, la generosidad, la compasión, la confianza… Todo nuestro
sistema se basa en el fomento de valores que enfrentan a unas personas contra
otras.¿Y si premiásemos con ventajas
legales a las empresas que fomentan el bien común?
¿Cómo se mide en nuestro planeta el éxito económico? Siempre lo expresamos en valores monetarios. En macroeconomía, el éxito de un Estado se mide por el crecimiento de su PIB. En microeconomía, el éxito de una empresa se mide por su beneficio. Sin embargo, el dinero no sirve para medir nada de lo que es realmente importante para las personas o el medio ambiente. ¿Indica el PIB si un país está en guerra o en paz, si vive en democracia o dictadura, si hay hambre o respeta el medio ambiente? No. El beneficio financiero no mide la contribución de la empresa al bien común.
Un balance del bien común tendría que
considerar la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la
sostenibilidad, la democracia… Se han creado hasta 15 criterios puntuables que
clasificarían a las empresas en función de su compromiso con esos valores. Las
compañías mejor situadas podrían obtener beneficios fiscales, aduaneros,
créditos con menor interés, prioridad en las compras públicas, cooperación en
la investigación universitaria… De esta forma, los productos éticos y justos
podrían abaratarse.
LA ECONOMÍA DEL BENEFICIO ENSUCIA EL DINERO
Actualmente, todas las empresas tienen
permiso para acudir a los mercados independientemente de su comportamiento. ¿Es
justo? Parece que no. Todas las constituciones hablan de igualdad entre
iguales, pero también de la necesidad de discriminar positivamente al desigual.
No es justo medir con el mismo rasero a las compañías que violan los derechos
humanos o destruyen el medio ambiente frente a las socialmente responsables. Sin embargo, suelen ser esas empresas
las que triunfan en el mercado porque ofrecen productos más baratos.
LÍMITES A LA VORACIDAD DEL MERCADO
La Economía del Bien Común propone que a
las empresas se les prohíba un uso indiscriminado de sus beneficios. Apuesta
por limitar las inversiones financieras, evitar que unas compañías se traguen a
otras, no consentir que se otorguen beneficios a quienes no trabajan en las
empresas o que se hagan donativos a los partidos políticos…
También propone limitar las diferencias
retributivas, de forma que el sueldo máximo no pueda superar en 20 veces al
salario mínimo. Además, la propiedad privada no podría sobrepasar los 10
millones de euros y se limitaría el derecho a heredar.
LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN YA ESTÁ EN MARCHA
340 empresas se adhirieron a esta
filosofía económica en Octubre de 2010. 120 compañías de Alemania, Austria,
Italia y Suiza empezaron a hacer sus Balances del Bien Común. Se trata de un
modelo abierto que intenta contar con las aportaciones de movimientos
alternativos como los vinculados con la Economía Solidaria, los mercados
financieros con sistemas monetarios sin interés, la Agricultura Sostenible, la
Salud Alternativa, la Permacultura que integra vivienda y paisaje…
Obviamente, la Economía del Bien Común
es también un movimiento político que intenta extenderse por el mundo para
provocar que los Estados incluyan estas propuestas en sus leyes... De momento, la próxima cita en Euskizofrenia para acercarnos a este movimiento será este jueves, 25 de Abril en Vitoria, en el Hotel Boulevard, a las 19:30 horas, donde nos explicarán el PLAN BIKO (BIEN COMÚN). !!!NOS VEMOS!!!
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