domingo, 12 de diciembre de 2021
RÉQUIEM POR LOS ENFERMOS CRÓNICOS DE OSAKIDETZA
La pandemia es la mejor excusa para que el Gobierno Vasco siga jibarizando nuestra Sanidad Pública. Los últimos sacrificados van a ser los enfermos crónicos. La consejera de Salud Gotzone Sagardui ha explicado esta semana que ha suspendido las consultas no urgentes a esos pacientes. El virus se ha convertido en el mejor aliado de la Sanidad Privada. Quien intente ser atendido por su médico de cabecera o enfermero en Osakidetza habrá comprobado que es casi una misión imposible. ¿Cuántos muertos estará ocasionando la huelga de brazos caídos en la Atención Primaria y en las consultas especializadas? Nos aburren con las cifras de la Covid, pero nadie nos explica cuántos enfermos se han muerto por no lograr obtener una cita. En su día, el ex-consejero del Gobierno Vasco y actual presidente de la Asociación contra el Cáncer de Álava Patxi Ormazabal ya me contó que "conocen casos de personas que llaman por teléfono a Osakidetza con síntomas de tener un tumor y les recomiendan que se tomen un paracetamol y que se queden en casa".
Es posible que parte de la mala leche que destila este artículo tenga que ver con la vacuna que me puse el viernes. Me tocó "Moderna", tras haber recibido dos "OstiasCínicas". Ayer sábado estuve hecho polvo por los efectos secundarios del pinchazo. Pero me dolió aún más el caos organizativo que tuve que soportar para encontrar el lugar donde vacunarme. Un rebaño de sesentones y setentones circulábamos como vacas sin cencerro por el entorno de Txagorritxu, en Vitoria, tratando de encontrar el "nuevo edificio" donde nos tenían que inocular, según el SMS que nos mandó Osakidetza. Con lo fácil que habría sido poner la dirección con el nombre de la calle y su número...
Tanto en Euskadi como en el conjunto de España, la gestión de la pandemia está en manos de políticos y no de científicos. Así nos va... Las voces críticas les sobran siempre a nuestros gobernantes, que sólo quiere escuchar alabanzas a su trabajo. Es muy significativo lo que pasó hace casi un año con el escándalo que se montó con las vacunaciones en los hospitales de Santa Marina y Basurto.
José Luis Sabas, exconcejal del ayuntamiento de Bilbao, que en su día fue compañero de la consejera de Salud Gotzone Sagardui cuando ésta era edil en ese consistorio, es de formación arquitecto y como mayor mérito en su trayectoria profesional ser militante del PNV, lo que le ha abierto las puertas de los despachos del poder político. A primeros de enero de 2021, iniciada la vacunación contra la covid en el entorno sociosanitario se produjo la vacunación del gerente de Basurto, Eduardo Maiz, y otras personas de ese hospital. Poco tiempo después se amplió la vacunación al ámbito sanitario. Como gerente entonces del Hospital Santa Marina, teniendo en cuenta que ese centro que gestionaba no estaba ni está adscrito a ninguna OSI al ser de larga estancia, tenía muchos pacientes covid y se parecía más a una residencia de ancianos que a un hospital al uso. Sabas solicitó a la consejería de Salud que se vacunara a todo el personal, sanitario y no sanitario, cuando se inició la vacunación a los sanitarios. Algunos tildaron de escándalo que se vacunara al capellán cuando surgió el conflicto. Los epidemiólogos del Departamento de Salud dieron el visto bueno por las características del centro. La directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo y, por supuesto, la consejera Sagardui dieron el visto bueno y enviaron todas las vacunas necesarias para inmunizar a todo el personal del hospital. Además, todo eso se intentó vender como un logro del Gobierno Vasco y así se desprende de los whatsapp que Sabas filtró a la prensa. Eduardo Maiz, gerente en ese momento de la OSI Bilbao-Basurto, fue vacunado espuriamente cuando la vacunación era solo para residencias de ancianos (entorno sociosanitario). Sabas fue vacunado cuando se abrió al ámbito sanitario y no al personal de gestión y administrativo, pero él contaba con el visto bueno de la consejera y directora general por las razones comentadas. Sabas y Maiz fueron cesados, en contextos totalmente distintos, denunciados como ejemplos de mala praxis y falta de ética, sin distingos entre ellos. Esto sirvió para hacer un “ajuste” de gerentes en Osakidetza. Itziar Larrea era a primeros de enero la directora de enfermería de Basurto (OSI Bilbao-Basurto) de quien dependía Roberto Abad, subdirector de enfermería de la OSI mencionada y que fue el profesional que vacunó en Basurto a Eduardo Maiz y tantos otros. Obviamente, esta vacunación se hizo con la connivencia de Itziar Larrea y su subdirectora de enfermería hospitalaria, Karmele Ibarra. Está claro que todo el entramado de vacunación fraudulenta de Basurto de 3 a 5 de enero de 2021 contó, como siempre, con el apoyo y conocimiento de Itziar Larrea, por otra parte, hacedora veterana en convertir camas de Basurto en habitaciones VIP para los de Sabin Etxea. Itziar Larrea fue nombrada gerente de Santa Marina. M. Luz Marqués, gerente de la OSI Uribe Kosta (Urduliz) nombrada cuando su marido, Jon Darpón, era consejero de Salud, pasó a ser gerente de Cruces, aunque en este caso la sucesión fue por jubilación del titular, Santiago Rabanal. La gerencia de Basurto quedó vacante y fue cubierta por Jesús Larrañaga, gerente de la OSI Araba. La vacante generada en Álava fue cubierta por Txema Pérez, uno de los fieles a Berraondo en el Comité Director de la pandemia y la plaza de Sabas fue cubierta por Itziar Larrea, siendo la primera enfermera que ha ocupado un puesto de esta categoría en Osakidetza.
La puñetera verdad...
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