Luis Conde ha sido la tercera persona a la que ETA ha asesinado en 2008. En un fin de semana sangriento, en sólo 25 horas, los terroristas sembraron de bombas Euskadi y Cantabria.
La primera explosión se produjo en Álava, frente a la sede de la Caja Vital, a las afueras de Vitoria. Hubo grandes destrozos, sin víctimas.
La segunda llegó 4 horas después. Ocurrió en Vizcaya. Tampoco hubo que lamentar la pérdida de ninguna vida. Varias personas resultaron heridas en Ondárroa después de que estallase un coche bomba contra la comisaría de la Ertzaintza. El objetivo era asesinar el mayor número posible de agentes de la policía vasca. Para ello, los etarras intentaron atraer a los ertzainas mediante la explosión de dos cócteles molotov. Una guardería, una escuela infantil, comercios y decenas de viviendas sufrieron las consecuencias del salvaje atentado.
La tercera acción terrorista sí que provocó una muerte: la del brigada Luis Conde, que se encontraba de vacaciones en Santoña. La explosión de un coche bomba le sorprendió mientras salía del Patronato Militar de esa localidad cántabra. Seis personas resultaron heridas. ETA sólo dio 20 minutos para desalojar el edificio. Ocurrió el 22 de Setiembre de 2008.
Al día siguiente, el Parlamento Vasco rindió un homenaje a Luis Conde. Cinco militares de la Base de Araca acudieron al acto. Los funcionarios de Protocolo del Parlamento y el Gobierno de Euskadi hicieron encaje de bolillos para intentar evitar lo inevitable. Los goznes del encuentro entre los políticos nacionalistas y los militares chirriaron. A última hora, responsables del protocolo lograron impedir que las primeras personas a quienes viese Ibarretxe al entrar en el Parlamento fueran esos mandos militares. Se les resituó al final de una hilera de autoridades compuesta por 8 personas: la presidenta del Parlamento Izaskun Bilbao, la socialista Isabel Celáa, Rafael Larreina de EA, Carmelo Barrio del PP, Kontxi Bilbao de EB y a continuación 3 de los 5 militares. Los otros dos llevarían la corona de flores a los pies de la foto de Luis Conde. Cuando el Lehendakari atravesó la puerta del Parlamento con diez minutos de retraso, dio apresuradamente la mano a los 5 políticos. Su cuerpo acompañó el gesto del saludo colocándose enfrente de los 3 primeros: la presidenta Izaskun Bilbao, Isabel Celáa y Rafa Larreina. Tal vez para no tener que acercarse más a los militares, Ibarretxe estiró el brazo para saludar a Carmelo Barrio y Kontxi Bilbao. Así, los militares se quedaron, de momento, sin saludo. Tras el acto de homenaje, el Lehendakari y el consejero Javier Madrazo cumplieron a duras penas con el protocolo y tendieron, por fin, la mano en un brevísimo saludo a los militares. El consejero de Justicia Joseba Azkarraga, de Eusko Alkartasuna, evitó hacerlo durante todo el acto de homenaje.
Poco antes, el Lehendakari había leído una declaración institucional en la que no admitió preguntas de los periodistas. Ibarretxe dijo: "nunca renunciaré a mis ideas porque sería un gran regalo para ETA".
La primera explosión se produjo en Álava, frente a la sede de la Caja Vital, a las afueras de Vitoria. Hubo grandes destrozos, sin víctimas.
La segunda llegó 4 horas después. Ocurrió en Vizcaya. Tampoco hubo que lamentar la pérdida de ninguna vida. Varias personas resultaron heridas en Ondárroa después de que estallase un coche bomba contra la comisaría de la Ertzaintza. El objetivo era asesinar el mayor número posible de agentes de la policía vasca. Para ello, los etarras intentaron atraer a los ertzainas mediante la explosión de dos cócteles molotov. Una guardería, una escuela infantil, comercios y decenas de viviendas sufrieron las consecuencias del salvaje atentado.
La tercera acción terrorista sí que provocó una muerte: la del brigada Luis Conde, que se encontraba de vacaciones en Santoña. La explosión de un coche bomba le sorprendió mientras salía del Patronato Militar de esa localidad cántabra. Seis personas resultaron heridas. ETA sólo dio 20 minutos para desalojar el edificio. Ocurrió el 22 de Setiembre de 2008.
Al día siguiente, el Parlamento Vasco rindió un homenaje a Luis Conde. Cinco militares de la Base de Araca acudieron al acto. Los funcionarios de Protocolo del Parlamento y el Gobierno de Euskadi hicieron encaje de bolillos para intentar evitar lo inevitable. Los goznes del encuentro entre los políticos nacionalistas y los militares chirriaron. A última hora, responsables del protocolo lograron impedir que las primeras personas a quienes viese Ibarretxe al entrar en el Parlamento fueran esos mandos militares. Se les resituó al final de una hilera de autoridades compuesta por 8 personas: la presidenta del Parlamento Izaskun Bilbao, la socialista Isabel Celáa, Rafael Larreina de EA, Carmelo Barrio del PP, Kontxi Bilbao de EB y a continuación 3 de los 5 militares. Los otros dos llevarían la corona de flores a los pies de la foto de Luis Conde. Cuando el Lehendakari atravesó la puerta del Parlamento con diez minutos de retraso, dio apresuradamente la mano a los 5 políticos. Su cuerpo acompañó el gesto del saludo colocándose enfrente de los 3 primeros: la presidenta Izaskun Bilbao, Isabel Celáa y Rafa Larreina. Tal vez para no tener que acercarse más a los militares, Ibarretxe estiró el brazo para saludar a Carmelo Barrio y Kontxi Bilbao. Así, los militares se quedaron, de momento, sin saludo. Tras el acto de homenaje, el Lehendakari y el consejero Javier Madrazo cumplieron a duras penas con el protocolo y tendieron, por fin, la mano en un brevísimo saludo a los militares. El consejero de Justicia Joseba Azkarraga, de Eusko Alkartasuna, evitó hacerlo durante todo el acto de homenaje.
Poco antes, el Lehendakari había leído una declaración institucional en la que no admitió preguntas de los periodistas. Ibarretxe dijo: "nunca renunciaré a mis ideas porque sería un gran regalo para ETA".
Comentarios