¿Para qué sirve un político prejubilado? Que se lo pregunten a Petronor y a Josu Jon Imaz. El que fuera presidente del PNV, consejero de Industria y portavoz del Gobierno Vasco se recicló muy joven. ¿Espíritu ecologista? NO. Dejó la política en 2007, harto de Joseba Egibar y sus mariachis. ¿Y qué hago ahora?, se debió preguntar. Petronor le respondió pronto. Tenemos un sitio para ti, Josu Jon. ¿Quieres ser nuestro Presidente Ejecutivo? En 2011, Imaz cumple 48 años. No era cosa de irse tan joven a un balneario en Benidorm. Y además, sus mayores le han marcado la senda: José Antonio Ardanza preside Euskaltel, después de haber presidido Euskadi. Después de haber presidido España, José María Aznar se lleva más de un millón de euros al año trabajando para 6 empresas. Felipe González no quiere ser menos. Lo de los bonsais y las joyas le gusta mucho, pero no tanto como los 126.000 euros al año que le da Gas Natural. ¿Renuncian a las pensiones vitalicias que pagamos todos con nuestros impuestos? No. 80.000 euros al año para la buchaca. ¡Toma ejemplo para tiempos de crisis!
MUSKIZ: SOMOS ROSTRO: QUE CARA TENEMOS LOS POLÍTICOS
¿Y a qué dedica su tiempo Josu Jon Imaz en Petronor? Primero le puso al Athletic la publicidad de su refinería de petróleo. Él es guipuzcoano de Zumárraga, pero siente los colores que haga falta. Ahora ha logrado que PNV y PSOE alcancen un pacto que permitirá modificar la Ley de Economía Sostenible de ZP para que las refinerías puedan ocupar dominio público costero. Gracias a ello, PETRONOR-REPSOL PODRÁ BURLAR LA LEY DE COSTAS EN LA MARISMA MUSKIZ. Ver www.greenpeace.es
El 10 de julio de 2001 Josu Jon Imaz dejó la portavocía del Gobierno Vasco. Le sustituyó Miren Azkarate, que lleva prestando declaración en 3 comisiones de investigación por los Casos Guggenheim, Balenciaga y Corrupción-Espionaje del PNV. Josu Jon Imaz tiene otro estilo de gobernar. Los negocios los deja para después. Aquel día de verano, hace 9 años y medio, el bueno de Josu Jon nos regaló un recipiente de cerámica para los bolígrafos a cada uno de los periodistas que acudimos a su rueda de prensa de despedida. Hoy he decidido devolverle el regalo. A ver cómo lo hago. No quiero ensuciarme las manos cada vez que lo toco para coger un boli. En dicho recipiente también ponía dos palabras: “Eskerrik Asko”. Ya no puedo decir “De nada”. Josu Jon nos está pasando factura a los contribuyentes.
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