¿Qué hacemos con ETA? Mientras no entregue las armas y se
disuelva estorba como un mueble viejo antes de ir al camarote de la historia.
Unos encapuchados atracaron el lunes un supermercado en Arrankudiaga y la
Ertzaintza se desplegó como cuando se detenía por enésima vez al Comando
Vizcaya. ¿Serían una escisión de la nueva ETA-ROBIN HOOD? ¿Acaso el ejemplo de
Sánchez Gordillo ha calado entre los etarras que, a falta de asesinatos y
secuestros se van a dedicar a robar leche y yogures para el Banco de Alimentos?
El martes, los 21 Apóstoles de la Paz de EH Bildu se
sentaron por primera vez en sus escaños del Parlamento Vasco. A históricos como
Jone Goirizelaia y Joseba Permach les dio envidia no poder estar allí e
hicieron una ofrenda floral por los parlamentarios Santiago Brouard y Josu
Muguruza asesinados por la ultraderecha un 20-N.
En la siempre
cuidada escenografía de la izquierda abertzale, a Pernando Barrena le tocó besar
a una víctima del terrorismo y decir “lo siento”. Rosa Lluch (hija del
dirigente socialista Ernest Lluch) recibió los besos de Barrena, quien no pidió perdón porque esta palabra no existe en el vocabulario de los hachebitas. A
cambio, dijo que lo lamentaba, que habían sido unos insensibles con las víctimas
de ETA, etc, etc…
Se abre una nueva
era en la política vasca. Nos vamos a divertir…
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