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Salbidegoitia, Juan Carlos Alonso y Talegón |
300 metros. Esa
es la distancia a la que quieren los políticos a los ciudadanos. Durante las
campañas electorales, pueden acosarte incluso mientras cagas, pero al ocupar la
poltrona debemos multiplicarnos por cero y estar calladitos. 300 metros. Más
cerca, las cospedalas, los basagoitis y las sorayas se sienten acosados y los
votantes nos convertimos en peligrosos terroristas filoetarras.
Cuando el Tribunal de Justicia de Euskadi ha decidido establecer la medida exacta
del cordón de seguridad de un gobernante en 300 metros, yo he tomado mis propias medidas: alejarme
de los políticos salvo causa de fuerza mayor. Martínez Pujalte, Javier Madrazo,
Juanjo Ibarretxe o Txarli Prieto siempre pueden hacerme perder los estribos.
Mejor lejos.
Mis buenas
intenciones se rompieron el 15 de abril. La niña rebelde del PSOE, la secretaria
general de la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas, Beatriz Talegón,
vino a Vitoria a hablar sobre el futuro de la izquierda invitada por los socialistas
contrarios a Txarli Prieto, el grano de pus que le ha salido al socialismo
alavés. Con sólo 29 años, la abogada Talegón se hizo famosa en febrero con un vibrante
discurso en el que
les cantó las cuarenta a sus mayores por reunirse a hablar
de socialismo en un hotel de 5 estrellas de Cascais. Días después, Talegón pensó
que todo el monte era orgasmo y los mismos que le hacen escraches a Soraya
la expulsaron en Madrid de una manifestación contra los desahucios. Sin embargo, algo estará haciendo bien cuando la derecha mediática la ha situado frente al paredón de sus plumas más afiladas. Clicar en Google su nombre precede a una cascada de artículos denigratorios.
Sirva este ejemplo.
Beatriz Talegón
tiene buenas intenciones. Dice que la renovación socialista no pasa por
Rubalcaba ni por Chacón que hay que regenerar la izquierda desde
dentro del PSOE. Dice que Zapatero aún le debe un café para que le explique por qué suprimió el impuesto del patrimonio o por qué cambió la constitución con nocturnidad y alevosía para que el PP pueda destrozar el Estado Social. Trabajo no le va a faltar. Ni a ella ni a sus comilitones
alaveses. Se la ve harta de escuchar en la calle a los indignados que "PP y
PSOE la misma mierda es" o "que no nos representan". Y es que entretanto Rajoy nos sigue expropiando la
educación pública, la sanidad gratis y los derechos sociales.
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Talegón en Vitoria. En vivo y en vídeo. |
Talegón estuvo
en Vitoria el mismo día en que Mariano tuvo un orgasmo en el Vaticano con el
Papa Paco mientras Rouco Varela le leía al PP la cartilla del aborto. Talegón
estuvo en Vitoria el mismo día en que el presidente de Madrid sacaba pecho
mientras un kioskero desahuciado lograba que Cáritas le cediese un piso de alquiler
barato. ¿Para qué queremos justicia social si tenemos caridad cristiana?
Talegón estuvo en Vitoria el mismo día en que su compañero de partido Rodolfo
Ares siguió justificando que todo se hizo bien cuando él era consejero de Interior y un mando de la
Ertzaintza ordenó “entrar con todo” en la calle donde Iñigo Cabacas cayó abatido
y muerto por un pelotazo de la policía vasca.
El futuro de la
izquierda se llama Beatriz Talegón. Lástima que los Rubalcabas, Chacones y Jaúreguis
no le dejarán pillar cacho hasta que se jubilen.
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http://www.eldiario.es/autores/antonio_rivera/ |
La rebelde con
causa del PSOE demostró tener alguna que otra laguna en Historia Contemporánea. Su explicación sobre el origen de la Socialdemocracia fue de
traca. Menos mal que siempre nos quedará Antonio Rivera, que hizo de moderador.
Seguro que en un par de tardes le pone al día, como intentó hacer Jordi Sevilla
con Zapatero en materia de economía... Lo mejor que escuché en más de dos horas se lo oí al
profesor de Historia Contemporánea y exviceconsejero vasco de Cultura, que
presentó a Beatriz Talegón. Antonio Rivera dijo que los partidos políticos se
han convertido en entidades privadas que se dedican a gestionar las cosas públicas.
Y así nos va…
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