NO LE DEBO NADA A ADOLFO SUÁREZ

Suárez jurando ante Franco, en abril de 1975, como Vicesecretario Gral. del Movimiento (el partido único y oficial del franquismo). Sobre su corazón, el yugo y las flechas de la Falange Española y de las JONS.

Hpania acumula demasiada caspa y babas. No. Yo creo que no le debo nada a Adolfo Suárez. Me apena su agonía, pero no más que la de todos los que sufren al morirse. Sin embargo, él tiene reservada una página en la Historia Oficial de Hpania como timonel de la transición. Su muerte se lleva contando 11 años por capítulos. Como si fuera la serie "Cuéntame", su hijo Adolfo Suárez Illana (político como papá, pero del PP) ha convertido su sangre en el principal mérito de su currículo. Hace días ya le dio por muerto. Hasta la ciudadana Sofía de Grecia hizo declaraciones ensalzando la figura de Suárez. Ahora se repite el ritual del "Periodismo de Reacciones y Declaraciones", que tiene de periodismo lo mismo que la música militar tiene de música. Nos vamos a aburrir... Y lo peor es que parecerá que todos tenemos una deuda histórica con Suárez porque con él llegó la democracia. Pues no. La democracia nos la arrebató el dictador Francisco Franco, el mismo que nombró a Suárez gobernador civil, director de RTVE o ministro secretario general del Movimiento (el "partido único" del franquismo). Las piruetas de la Transición y los historiadores babosos le han convertido en el Rey Mago de la Democracia Hpaniola. Yo no le debo nada. Reconocer esta deuda sería como legitimar el franquismo. Que descanse en paz Adolfo Suárez y que nos dejen en paz quienes tratan de esconder el yugo y las flechas de esa foto de arriba. Hpania necesita una segunda transición. Franco inventó la Democracia Orgánica. Suárez aplicó la Democracia Representativa. Nuestros hijos merecen disfrutar de una Democracia Real... o al menos mejor que esta basura corrupta y pestilente. Y por si acaso, no estaría de más recordar la historia, que "tañe sonora su lección como campana", tal y como cantaban Claudina y Alberto.


14 de Abril de 1931. Hpania conoce su Segunda República.

18 de Julio de 1936. Un militar llamado Francisco Franco se rebela contra el orden legítimo constitucional.

1 de Abril de 1939. Los rebeldes ganan la Guerra Civil y someten a la mitad de los hpanioles a una dictadura militar.

20 de Noviembre de 1975. Franco se muere en la cama.



22 de Noviembre de 1975. Las Cortes de Franco coronan al ciudadano Juan Carlos de Borbón y Borbón como rey de Hpania, saltándose a la torera el turno de reinar que le correspondía a su padre, don Juan, que no era del agrado del dictador por sus ideas aperturistas. A partir de ese momento, todos los hpanioles nos convertimos en súbditos de la corona, por decisión de Franco.


15 de Junio de 1977. Las Cortes de Franco permiten que los hpanioles voten en libertad por primera vez en 4 décadas.



6 de Diciembre de 1978. Los hpanioles aprueban en referendum una Constitución que perpetúa en el poder una Monarquía en la que el rey no gobierna pero sanciona las leyes. A los hpanioles desde entonces se les llama ciudadanos, aunque nadie les puede apear su condición de súbditos de una corona legitimada por la voluntad de un dictador, por la nobleza de sangre y por la gracia de alguien a quien muchos llaman dios. Desde entonces, los hpanioles tienen una democracia representativa, que es a la democracia lo mismo que la música militar a la música.

23 de Marzo de 2014 (día en que escribo estas líneas). Nada ha cambiado de forma significativa desde el punto de vista institucional desde 1978. Los hpanioles saben que siempre tendrán a un descendiente del heredero político de Franco en la cúpula del Estado. ¿Siempre?