¿Venderán los vascos su voto por una gilda? |
ALFLONSO I EL RECALIFICADOR
En la familia de este nieto del Diputado General de Álava ARANEGUI la vida no fue un camino de rosas. El bohemio papá de Alflonso, militar y pintor, se fue de casa destinado a Canarias cuando Alfonsito era un niño y tuvieron que pasar las de Caín. Cuando algún alma caritativa llegaba a aquel hogar para comer pollos, siempre dejaba tres o cuatro más en la nevera para que no le faltara de nada a Alfonso, su madre y sus hermanos.
En cuanto se hizo alcalde, su primer logro fue recalificar los terrenos donde se ubicaba la Cruz Roja, propiedad de la familia, para recuperar el esplendor que merecía su alta alcurnia. Para que aquel edificio de la Cruz Roja dejase de estar catalogado como digno de conservación, llegó un oportuno incendio provocado por unos indigentes que lo dejó en estado ruinoso. Todo legal, eso sí. Alflonso se ausentó de la votación y casi todos los concejales de la corporación estuvieron de acuerdo en consolidar el primer pelotazo urbanístico de su vida. ¿TODO LEGAL? Parece... Y si no lo es, ya habrá prescrito cualquier irregularidad...
¿Cuántos residuos de lindane hay bajo el BOULEVARD? |
ALFLONSO I EL CONDENADO.
Pelotazo número 3. Edificio San Antonio. |
Mariachis (incluido el entonces concejal de Hacienda Javier Maroto) acabaron poniendo dinerito de su bolsillo para hacer frente a la CONDENA. Lo que en román paladino es una CONDENA, en TVE era una OBLIGACIÓN... Le habían alquilado al presidente del Alavés Gonzalo Antón unos locales en la calle San Antonio por un precio desorbitado. Los interventores del Ayuntamiento de Vitoria avisaron que aquello era una locura. A Alfonso Alonso y Javier Maroto les dio igual. Firmaron y punto. Por aquel precio del contrato, aquellos locales podían haber sido propiedad de los vitorianos, pero no se cortaron un pelo y dejaron que su amiguito Gonzalo Antón hiciese el negocio de su vida.
ALFLONSO I EL VALIENTE.
Siempre he dicho que hay que echarle huevos a la política vasca para ser militante de un partido español y enfrentarse a los ciudadanos... Sobre todo en la época en que ETA asesinaba. Nadie olvidará en Vitoria el año en que su alcalde soportó con estoicismo provocador en la balconada de la Iglesia de San Miguel que la masa de 50.000 personas que se agolpaba a sus pies en el chupinazo de Celedón que abre las fiestas de Vitoria acabase de lanzarle a la cara todos los huevos que pudiesen. Huevazo tras huevazo, no abandonó la posición.
"A mí me van a pillar, con lo listo que soy..." |
Alfonso Alonso es más bien flacucho, pero los tiene bien puestos. Como en su familia no se bromeaba con el dinero, acabó dos carreras: Derecho y Filología Románica. Posiblemente sea uno de los vitorianos que más y mejor ha leído (por cierto, Alflonso, a ver si te regalo mi libro de relatos A VECES LLEGA SILBANDO, necesito tu comentario de textos). Jamás tuvo que recurrir a sus periodistas para decirle a mis sucesivos directores que yo dejase de hacer preguntas en los plenos del Ayuntamiento cuando surgían temas conflictivos, no como su secuaz en Medio Ambiente José Antonio Pizarro, que llegó a provocar una visita relámpago de Antonio Castillo para que me callara la boca con tan alta autoridad del gobierno del PP-Unidad Alavesa que gobernó con brazo firme el ayuntamiento en los albores del nuevo milenio. También intentó taparme la boca Javier de Andrés (que acabó siendo Diputado General) cuando pregunté en la Diputación Foral de Álava que gobernaba Ramón Rabanera por un diputado foral díscolo llamado Alfredo Marco Tabar que abandonó la nave del gobierno de la provincia cuando Aznar nos metió en la Guerra Trampa de Irak. Al dire Andoni Gaztelu le dije que no se sabía su oficio y que no podría jamás cerrarme la boquita. Acabé prometiéndole un cuento que escribí tras su visita y que algún día le regalaré. Javier de Andrés, por cierto, fue beneficiario de un "DERECHO HUMANO" nuevo que se inventaron los políticos de la casta en Vitoria: tener un chalé a precio de escándalo para no tener que vivir en uno de esos horribles pisos con escaleras y ascensor.
ALFLONSO I Y EL TEOREMA DE NEVENKA.
De esto mejor no hablar. Esto no es el Hola ni un blog de crónica rosa...
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